No es fácil contestar a la pregunta del título de este artículo —¿vitrocerámica o inducción?—, y no porque no queramos o podamos, sino porque, como en muchos otros aspectos relacionados con la cocina, su «valor» depende de gustos personales y de otros parámetros que vamos a intentar poner de manifiesto comparando ambos electrodomésticos. Otro día hablaremos de las características de las cocinas de gas —preferidas por mucha gente aún hoy—, pero ahora nos centraremos en este tipo de placas y veremos las diferencias, ventajas y similitudes para que tengamos información para elegir entre vitrocerámica o inducción.
Diferencia de precios entre vitrocerámica e inducción
Quizá la primera duda que nos surja sea la de los precios. Es cierto que incluso en la actualidad las placas de inducción son ligeramente más caras que las de vitrocerámica, pero esto tiene su por qué, y es que, a la larga, son más rentables económicamente las de inducción.
Esto es debido a otra de sus diferencias, su funcionamiento. Las placas de vitrocerámica calientan gracias a una resistencia que aumenta la temperatura mientras que las de inducción lo hacen creando un campo magnético. El resultado es que las placas de vitrocerámica calientan un espacio determinado, normalmente el círculo que vemos resaltado en la propia placa. Sin embargo —y es algo que hemos notado queriendo o sin querer—, si tocamos alrededor de ese círculo que hace las veces de fogón, veremos que también está caliente y, de hecho, quema y es peligroso.
Este fenómeno no sucede con las placas de inducción porque el calor que produce la bobina que genera el campo electromagnético se propaga casi exclusivamente al caldero.
El problema de las placas de inducción podría ser que, precisamente porque el campo magnético interactúa con los materiales ferromagnéticos que responden a este campo, es que se necesita tener calderos o sartenes que contengan estos materiales, o sea, especiales para inducción.
Pero ese problema desaparece frente a otras de sus muchas ventajas: calienta antes, lo que nos permite ahorrar tiempo y electricidad.
Limpieza y duración de las placas
Por otro lado, en el caso que se nos derrame algún líquido o cualquier otro producto sobre la placa de inducción, es muy difícil que se peque porque su temperatura no es muy elevada. Esto nos permite, por un lado, mantenerla limpia con mayor facilidad y que su duración sea mayor.
Así que esa diferencia de precio —incluso cuando las placas de inducción consumen un poco más de potencia de las de vitrocerámica—, si tenemos en cuenta que duran más, son más fáciles de limpiar, cocinan antes y nos permiten ahorra electricidad, es casi insignificante.
No vamos a hablar de lo que dijimos al principio sobre los gustos personales, mucho menos cuando el tema es nuestra cocina como espacio y los productos que cocinamos en ella. Todavía hay gente que, como decíamos, prefiere cocinar con gas aunque, bien mirado (y probado), también sería mucho mejor cocinar de la manera más tradicional, con carbón o leña.
¿Te imaginas tener que cocinar con leña en tu nueva cocina? Bueno, por qué no, siempre y cuando combine con el resto del mobiliario. Pero, hoy por hoy, sin duda alguna la mejor opción para una cocina moderna, útil y práctica es la inducción, aunque las placas de vitrocerámica, quitando las diferencias que hemos apuntado, siguen teniendo mucho mercado y son también una gran elección.
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